NO al Holocausto: “IMAGINAR Y RECORDAR”

Madrid, España.

La autora ha escrito este texto para la memoria de su familia que murió en las cámaras de gas en campo de Auschwitz y en honor a su querida abuela Edith que logro a sobrevivir este horror, rehacer su vida y vivir feliz hoy con 97 años.

Imagínate un mundo sin ego, razas y guerras de religiones, imagínate el mundo sin la segunda guerra mundial, donde el holocausto no hubiera sucedido, un mundo en el que no murieron más de 6.000.000 de judíos en sus casas, en la calle, en los bosques y en las cámaras de gas.

¿Cómo sería el mundo hoy?

La imaginación no tiene limites, hasta es capaz de devolvernos la esperanza, algo que nunca debemos de perder.

La imaginación es una manera de proyectar y pensar en soluciones, mejorar cosas que no funcionan bien y traer novedades a nuestra vida.

Pero la imaginación no puede retroceder en el tiempo, borrar la historia y la memoria de algo tan grande y bárbaro cómo el holocausto.

Ahora es el momento de dejar de imaginar y salir a la acción. Invertir en unas de las herramientas más potentes que creyó el ser humano ¨La Educación¨.

Utilizar la imaginación dentro de la educación, nos permite preguntar a los alumnos importantes cuestiones, como ¿qué dirías si ves a un líder llamando a la población a mal tratar a una minoría en su país?, ¿qué pesarías si prohibieran a algunos de tus mejores amigos ir al colegio porque pertenecen a otra religión?

Tenemos que lanzar estas preguntas difíciles para que nuestros niños piensen en soluciones, les permitan generar compasión y empatía y que, en su crecimiento, ser personas incapaces de hacer daño a otro ser humano.

La educación en valores puede ayudarnos a formar “personas con valor”  o sea, con fuerza interior que no se refleja en su tamaño de musculación corporal, sino en el tamaño de sus corazones.

Sin duda estamos viviendo unos de los momentos más complicados debido a la pandemia mundial y con ella, sale a la luz lo bueno y lo malo de nuestra sociedad.

Somos pocos los que hoy nos paramos para recordar algo que paso hace 75 años en nuestro mundo. Tenemos el deber colectivo de educar a nuestras futuras generaciones desde el conocimiento que todos los seres humanos padecemos los mismos miedos, soñamos con cosas similares y buscamos ser felices.

Todos juntos pertenecemos a un gran tejido humano que en el están reflejados nuestras acciones y sus consecuencias, así que no rechacemos a nadie por su color de piel, creencias religiosas, nacionalidad, género o condición social.

“Imagina un mundo hermoso,
menos triste que él es así
y vamos allí
Con sol en los bolsillos

Imagina otra oportunidad
Sí, otra oportunidad para volver repentinamente a la juventud.

Imagina la vida
moverse atrás y adelante
lo que falta de nuevo se llena

Imagínenos a todos cumpliendo
todos los sueños”

(Shlomo Artzi)

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